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Federico Carbia

Concordia Entre Ríos el 7 de Mayo de 1981.

Formación autodidacta. Vive y trabaja en Tandil, provincia de Buenos Aires, Argentina.

El contacto más contundente con el arte se dio al haber trabajado en el Museo Municipal de Bellas Artes de Tandil durante once años, colaborando con los montajes y las curadurías de las muestras. En 2005 obtuve una beca para asistir al taller del artista Nicolas Menza en la capital argentina, donde estudie modelo vivo y composición
La pintura forma parte de mi quehacer cotidiano. Desde hace un tiempo vivo para ella. Mientras más me propongo a entenderla más me cuesta. Como parte del proceso creativo, armo el bastidor, lo entelo y preparo la tela. Previo a esto se genera una expectativa, y una necesidad de comenzar un nuevo proyecto, los caminos, las rutas, las calles, se abren paso con la línea, fugando al centro del espacio.

Premio, Becas:
(2019) 1er Premio Adquisición II Concurso de Artes Visuales Céfiro.
(2015) 1er Premio Adquisición XLIV Salón Nacional Arte Sacro Mumbat - Tandil.
(2013) 1er Premio Adquisición VI Premio de Pintura Banco de Córdoba.
(2010) 1er Premio Adquisición, Estímulo Banco de la Provincia de Buenos Aires.
(2009) 1er Premio Adquisición XXVI Salón Nacional de Pintura y Dibujo –Ciudad de Azul. Entre otros..

Muestras individuales (selección):
2019 “Punto de Fuga”- ICANA White Hall.
2018 “Punto de Fuga” Alianza Francesa de Bucaramanga – Colombia.
2013 “Caminos Metafísicos”, Mundo Nuevo Art Gallery – Buenos Aires. (2006) Museo de Arte Contemporáneo Raúl Lozza – Alberti, Provincia de Buenos Aires.
Podemos encontrar sus obras en colecciones públicas y particulares de Argentina, España e Inglaterra.

A ciencia cierta no sé lo que es el arte. Lo que sí puedo decir es que la pintura me ha mostrado que uno tiene que conectar con el corazón, con honestidad. Y no solo desde un punto de vista formal, sino realmente conectar con los propios tiempos, con el paisaje y entonces sorprenderse de la belleza que a diario transitamos y puede estar en una puesta de sol o en una flor. Es más sencillo que complejo. Uno tiende a hacerlo complejo pero lo cierto es que expresarse claramente con las ideas debe ser un ejercicio diario.

Hay un momento en donde uno se pierde de donde venía para llegar a otro lugar. Y cuando eso ocurre, uno se puede llegar a sorprender. El lenguaje visual es muy interesante y los errores o las fallas hacen más interesante aun el proceso. El error y el trabajo para superarlo es lo que humaniza el trabajo.

Lo interesante es darle un sentido a la idea. Me interesa la abstracción pero sé que se necesitan elementos que el espectador pueda reconocer para que se dé el proceso de comunicación. Esos objetos reconocidos son los que abren la pintura. Hay que tratar de ir todo lo lejos que se pueda pero sin pasarse del límite. Y en sentido, los errores son los que más nos ayudan. Lo que me debilita es lo que me interesa, no lo que me fortalece.